Cuaderno del Desierto
I
Llegamos al lugar donde el asfalto
se clavaba en la piel
leonada
del desierto,
igual que un aguijón.
Si una carretera que no ves
no es una carretera,
los instantes que no recuerdas
¿han sido tu vida?
II
Imagina la palma de una mano
que no tuviera líneas,
eso es el desierto:
la belleza
de aquello que nos falta.
III
Al ver al escorpión, lo comprendí:
no hay dos oscuridades
que nos duelan lo mismo.
Josep M. Rodríguez
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