En el principio los ovejos y los burros tenían sus
[manantiales
pero llegaron invasores a explotar las rocas
y el aire intoxicado despellejó
a ríos y a nativos
Dios fue mejor cuando era tigre.
Luisa Isabel Villa Meriño
Hay caballos hundidos en la arena movediza
Se repite el altar
al final de cada patio de la aldea
En este lugar abandonado
solo los muertos meten las manos en el lodazal
levantan a sus vivos
reaniman a su pueblo
Luisa Isabel Villa Meriño
Los familiares llegaron del pueblo
como monarcas de papel blanco
Y todos los días
aunque lloviera o tronara
la prima más querida, grano por grano
rearmaba a su padre (que no vino)
montado sobre un burro de arena
A la hora de soñar / sin explosión
a cada uno le tocaba un clavo
y a la memoria el viento
Luisa Isabel Villa Meriño
Primero los tigres acechaban nuestros ranchos
pero vinieron monstruos insaciables a tragarse el río
a pedirnos estrellas
tuvimos miedo de que una chispa de luz nos delatara
–asomándose como un rabo–
huimos a oscuras y a oscuras seguimos las rayas y encontramos
lecho
Solo los refugiados en la casa del tigre nos salvamos
Es mejor convivir con tigres
están como deidades por encima de los hombres
Luisa Isabel Villa Meriño
Refugio
Fuera de tu canción soy ala seca.
La muerte y yo dormimos juntamente…
Cantarte a ti, tan sólo, me despierta.
Julia de Borges
A las manos de los amigos,
que consolaban la cabeza,
les salieron ganchos.
Pido disculpas al invierno,
me aferré excesivamente a todas las hojas
para que ninguna renunciara al árbol.
Siento miedo por mí,
si los cuervos despiertan para sacarme los ojos
¿a dónde iré, oscura y sin profesión?
Hay peligro en todos los vínculos…
y la brujería es refugio,
el único amor es refugio,
pongo ambas manos en su brazo bendito
y me dejo llevar hasta la estación…
si no fuera por él,
tendría mi cabeza en la rueda
de cualquier somnífero.
A Arturo Rivera
Luisa Isabel Villa Meriño
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