Mónica Ojeda

"Abrió los párpados y le entraron todas las sombras del día que se quebraba. Eran manchas voluminosas —«La opacidad es el espíritu de los objetos», decía su psicoanalista— que le permitieron adivinar unos muebles maltrechos y, más allá, un cuerpo afantasmado fregando el suelo con un trapeador para hobbits. «Mierda», escupió sobre la madera contra la que se aplastaba el lado más feo de su cara de Twiggy-face-of−1966. «Mierda», y su voz sonó como la de un dibujo animado en blanco y negro un sábado por la noche. Se imaginó a sí misma donde estaba, en el suelo, pero con la cara de Twiggy, que era en realidad la suya salvo por el color-pato-clásico de las cejas de la modelo inglesa; cejas-pato-de-bañera que no se parecían en nada a la paja quemada sin depilar sobre sus ojos. Aunque no podía verse sabía la forma exacta en la que yacía su cuerpo y la poco grácil expresión que debía tener en ese brevísimo instante de lucidez. Aquella completa conciencia de su imagen le dio una falsa sensación de control, pero no la tranquilizó del todo porque, lamentablemente, el autoconocimiento no hacía a nadie una Wonder Woman, que era lo que ella necesitaba ser para soltarse de las cuerdas que le ataban las manos y las piernas, igual que a las actrices más glamurosas en sus thrillers favoritos."

Mónica Ojeda
Mandíbula




"Aprendemos a vivir en el horror porque es la manera de subsistir."

Mónica Ojeda



"Cualquier escritora que trabaja con la violencia tiene que plantearse una búsqueda ética con la palabra, y para que esa búsqueda ética sea literaria tiene que estar vinculada siempre con un ejercicio poético, en el sentido de que la poesía, para mí, es una especie de desvío de la lengua: tomas otro camino para hablar de algo de lo que ya se ha hablado miles de veces. Al tomar ese desvío, encuentras esos recovecos, esos matices que de repente resignifican todo y, además de eso, enajenan el panorama discursivo sobre la violencia. Eso es lo más valioso que puede hacer alguien cuando escribe sobre violencia. Hay palabras que utilizamos una y otra vez para hablar de muertes, femicidios, asesinatos, palabras que pierden su potencial emotivo porque ya no significan nada. Una palabra que se repite mil veces pierde toda su potencia. Cuando la escritura trabaja con esos temas, tiene que repensar el lenguaje. Tengo que pensar cómo decir esto de una manera que vuelva a sentirse. Y a veces eso que se vuelve a sentir puede ser tremendo, puede ser algo doloroso, puede ser duro."

Mónica Ojeda


"El baile y la música son un lugar de antipoder."

Mónica Ojeda




"Hablemos de feminismo, pero no caigamos en la trampa racionalista de volver a poner la razón por encima de las emociones. Entendamos que la emoción es un lugar de conocimiento. Eso se convirtió en el corazón de mi literatura."

Mónica Ojeda



"La escritura es física, corporal. La escritura sale de un cuerpo que vive, respira, suda, llora, se alegra. Es este cuerpo lleno de emociones, que no para de sentir, el que se sienta durante un año a escribir algo. Es ese cuerpo con todas las cosas que le atraviesan, su entorno, el paisaje, la gente. Me gusta pensar que es el cuerpo el que piensa, y a veces piensa más velozmente que las palabras, que la mente. El cuerpo tiene otras formas de pensar, con otros lenguajes. Y la literatura está siempre haciendo una especie de caza del lenguaje del cuerpo, que está más allá de las palabras. El lenguaje del cuerpo va como cincuenta kilómetros por delante y uno llega siempre al pasado del cuerpo, no al presente."

Mónica Ojeda




"Migrar es un dolor siempre y a veces supone cambiar unos dolores por otros no. El ejercicio de migrar para cada quien es distinto, pero para mí ha sido como irme con todo, con una geografía emocional encima de la espalda, como la tortuga lleva su caparazón. Yo estoy acá, pero toda mi imaginación y mi mente está allá, al otro lado del charco. Es muy extraño, porque mi cuerpo está acá, pero mi mente y mi imaginación literaria están en otro lugar. Eso es lo que pasa cuando uno migra. No se desarraiga, lo que hace es llevar consigo esas raíces."

Mónica Ojeda




"Todos tenemos que vivir y lidiar con la conciencia de finitud y muerte. Pero, aunque vivamos con esa conciencia y, por lo tanto, convivamos con el horror, es importante no naturalizar el horror de la violencia de nuestras sociedades. Tenemos que vivir con el horror, pero pensar cómo mejorar nuestras vidas, aunque sean cortas."

Mónica Ojeda











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