Bohemio
Dijo a la donna angelicata
………….que él no pretendía ser
……………………………….[Garcilaso,
y la pintó con su pluma
de escote para abajo.
Contestó indecorosamente,
………….retándolo a descubrir en versos
………….la rebeldía de sus cabellos
……………………casi dorados.
En el tálamo, se alzó insurgente,
………….como un endecasílabo moderno
……………………que lejos de mecer,
……………………………….enciende.
Y él la retrató en dos cuartetos y dos tercetos.
Y como un verso libre.
Y como un poema con pretensión de ser canción,
en los que ella no pretendía ser perfecta
sino que deseaba entregarse
a un sentimiento:
………….físico
………….momentáneo
………….o eterno;
por el cual sus curvas
iluminasen con llamas tenues
el camino del bohemio
………….cuyo versículo sangra de dolor
………….o ama
……………………como ninguno.
Anabel Úbeda
"Debe ser mutuo el dar y recibir entre aquellos que intercambian algo más que poesía: vida."
Anabel Úbeda
Distopía
Mortandades de encaje
presionan el puño que se entierra
en mi pecho
hastiado de indecisión.
La granada que sostengo
como un quiasmo
no encuentra su contrapartida,
sólo la compleja manía
de auparse en la estación indicada
o descender al sótano alabado.
Planos de un canto argentado
de verde óxido.
Sorteando destellos furiosos
me adentro en el tragaluz,
………….distingo pasos de moral impasible;
………….mentiras glaseadas;
………….y cabizbajos sentimientos remendados
………….en sábanas del ayer.
Ante mi pasmo
un menudo
pone su palma
………….sobre el vidrio
………….y atravesamos la aurora de Federico
………….corriendo a la defensa última,
………….la poesía.
Anabel Úbeda
Guernica
El arcoíris en Guernica asoma
sus haces con vergüenza.
Se escucha la templanza
de unos cimientos ensangrentados
entre los que una jauría tembló.
Turbación.
Al agudo repican gritos ahogados,
las mantillas se hacen jirones.
Guernica respira.
Relojes de arena se invierten
y emanan dióxido de guerras sucias.
Fotosíntesis de una escenificación
innominada.
Sombras.
Guernica se escuda en pinceladas.
Tantas treguas posibles,
y nos dio por mirar el lienzo
desde posicionamientos
equivocados.
Crees que no, pero sigue pasando.
Anabel Úbeda
"La solidaridad es un eje fundamental en mi poesía desde el momento en que la misma nace porque ver situaciones injustas que te hacen replantearte muchas cosas, aunque, en ocasiones, sea muy difícil ayudar. Aparece como un sentimiento global hacia aquellos que no conoces, incluso a los personajes ficticios que pueblan algunos de mis poemas, así como por parte de los reflejos de las personas reales que me han impulsado y siempre han estado conmigo de una manera u otra desde estos comienzos o desde mucho atrás. Debe ser mutuo el dar y recibir entre aquellos que intercambian algo más que poesía: vida."
Anabel Úbeda
PROYECTIL DE 1937
Tú sabes cómo el plomo pesa sobre la nube
y qué sucia cortina de telarañas cierra
las trémulas gargantas en profético trance
Ángela Figuera Aymerich, A Carmen Conde
Carmen Conde escuchaba las alarmas,
olía el plomo y el ruido
que ahogaba el litoral republicano,
refugios se horadaban
en el baluarte.
Los proyectiles acaparaban
la diestra de los aljibes
de Cuesta Blanca,
y mi abuela balbuceaba
a más de mil kilómetros.
Los rezos y la inocencia,
escombros, en la Santa María.
Las palabras de la Poeta
apuntalan la desmemoria:
“Que olviden la Historia.
Que jueguen, que sueñen.
Nadie les nombre pueblos, ni hombres”.
Una ciudad cubierta
por décadas de silencio
—y de retornados—
extrayendo agua
de las horas contadas.
Anabel Úbeda
SIERRA MINERA
Las piedras, las terreras, dejan su calma, enfurecen, se dislocan, se hacen duro mar de ríos
macizos, / apretados de agonía. / Aprisionan fuertemente al minero, /enterrándole / vivo…
María Cegarra
Los herrajes se descarnan
en esquirlas de rojizo polvo,
iracundas se han fundido
en caminos y patios.
Las laceraciones delinean una Sierra
supurante de pozos en anónimo
y negro pulmón.
Galerías de memorias grises
entre descendientes cabizbajos,
respiradores del arsénico
que risca la piel
y las fotos horridas
de la necesidad.
La sentencia levantada
por industrias de espurias intenciones
que han hecho del aire,
un asesino silencioso.
Anabel Úbeda
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