Pablo Secchi

CUANDO fui niño
respiró el agua sobre mis pies en la arena
como un viejo perro dormido
 
creía entonces que el horizonte marino
era un gigante enamorado que empequeñecía barcos
para que por los ojos desde la playa
pueda la poeta devorarlos
 
sigo creyendo lo mismo
 
traigo un poco de mar en la mirada
para demostrarlo

Pablo Secchi




LA VIDA subió hasta la cumbre del limonero
para hablarle a la poeta de lo efímero
 
mientras ella la escuchaba
afiló una palabra y se la clavó en el pecho
 
(hay tardes que parecen resignadas
como manos de niño muriendo de pan ausente
hasta que aparece un trueno mudo
y las abre al medio)

Pablo Secchi








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