Valentina Varas

"En Argentina se está produciendo poesía –y literatura en general– genial y celebro que mucha sea hecha por mujeres. Hay un destape, una liberación muy hermosa, conmovedora y, sin dudas, para mí, inspiradora. Empecé a escribir porque leer a poetas argentinas jóvenes –y no tanto, resulta una obviedad necesaria decir que Alejandra Pizarnik abrió muchos caminos– me hizo creer que era posible y valioso escribir poesía. Si tuviera que encontrar un denominador común serían la frescura, la irreverencia y la intensidad, en el mejor sentido de la palabra (que está bastante bastardeada o maltratada últimamente). El arte suele dar cuenta del contexto y la poesía femenina argentina no es la excepción: el silencio ya no nos pertenece en las hojas, y ojalá pronto esta tendencia se traduzca en otras esferas, como la política (faltan dirigentes mujeres), la legal (faltan leyes que nos tengan en cuenta), la social (las tradiciones patriarcales, el machismo y micromachismo) y la cultural (faltan espacios para mujeres en eventos musicales, en cine, radio, TV)."

Valentina Varas



"En mí experiencia, las redes sociales son un arma de doble filo para la poesía: son muy buenas para difundir, pero pueden resultar contraproducentes para la escritura. A veces desperdiciamos una(s) línea(s) que podrían servir como disparador o parte de un poema en un tuit o epígrafe de Instagram y muere ahí."

Valentina Varas



"Me parece que muchas veces el amor o las historias románticas son una excusa, un canal para conocernos a nosotros mismos. El otro siempre es un espejo, y no hablo solo de una pareja. También sucede con los amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc. Lo que pasa es que en los vínculos sexoafectivos hay mucho más en juego y eso deja ver las partes de nosotros que más nos cuestan y que menos exponemos en otros ámbitos."

Valentina Varas



NO VIVO MÁS ACÁ PERO ACÁ ESTOY

afuera hay mucho viento
lo escucho y lo veo
puedo ver el viento, sí, en la ciudad
no necesito la copa de un árbol:
hace un tornasol claro en altura,
una estela fugaz y brillante
contra los ladrillos de la torre;
el cable que cruza el pulmón
de lado a lado con una pequeña
curva justo donde estoy yo
baila para arriba y para abajo;
alrededor los edificios
hacen un efecto centrífugo,
encierran el movimiento
y lo foguean, enfría el aire
en un segundo, la luz se pone blanca;
es un laboratorio a cielo abierto.
el reflejo en los cristales
del edificio de enfrente
se distorsiona y se mueven
las formas psicodélicas que
de este lado son ventanas
geométricas, simétricas
comunes y corrientes
de casas de personas
que tal vez como yo
están mirando para no leer
el diario ni ver el noticiero;
concentrarse en el afuera inmediato,
cercano y conocido,
pensar lo más micro posible:
planear una salida para mí
y unos pocos,
una tribu chiquita que entre
en una balsa de emergencia
y no tenga miedo de irse
o tenga demasiado miedo
de quedarse.
hoy en una reunión citaron a
Jiddu Krishnamurti y no sé
si estoy adaptada o no
a esta sociedad que tampoco
sé si es enferma o no,
pero por las dudas me voy.
llega un mensaje de una amiga
me avisa que esto es santa rosa
le digo que ojalá dure
que podamos hablar del clima
para siempre
para no hablar de todo lo demás
para no hablar del dólar
para no hablar de las distancias
y para no decir, por ejemplo,
que en unos días
cuando yo esté almorzando
a cinco horas de acá
mi tribu va a estar durmiendo.

Valentina Varas




Oriente y accidente 

Al costado de la ruta un cartel decía
segunda vía del bypass
una palabra en inglés en el medio
del campo uruguayo;
oriente y accidente. 

Casitas de colores cada tanto
de a rachas
inconstantes,
incómodas como todo
lo imprevisible
excepto los primeros romances. 

Solo los primeros son romances
después es ritmo.  

Una publicidad de Telefunken,
un caballo de madera,
autos abandonados y casas
rumbo al mismo destino,
un grafiti en Colonia del Sacramento,
confundo sacramento con sacrificio
y cuaresma con cuarentena;
entre dos lugares hay más lugares
ya no queda vacío y sin embargo
la soledad por estos días
es total. 

Entendí cómo se hacen esos bosques
tan tupidos y caprichosos
que veo siempre desde la ruta:
plantan filas de árboles chiquitos,
al principio parece un viñedo
y después se convierte en algo
mucho más lindo
y menos útil
para los humanos. 

En una caminata encontré
unos aloe veritas y pensé que
suena mejor la palabra ‘veritas’
que la palabra ‘verdad’,
algo se rompe en la traducción,
suena mejor lo que queremos sentir
que lo que sentimos. 

Divisé un pedacito de río a lo lejos
después lo perdí
y lo volví a encontrar
–el campo tiene eso:
la paciencia, la permanencia–
era del mismo color que el cielo,
pero metalizado. 

Si los caballos duermen parados
hoy vi un caballo muerto.

Valentina Varas



"Quizás los desamores sean una práctica o un ensayo que nos prepara para las muertes más difíciles a las que vamos a enfrentarnos en la vida. Cada desamor o cada final del amor es una pequeña muerte, eso sí lo supe desde la primera vez."

Valentina Varas



Todo riesgo 

La destrucción total
también es una forma de magia:
había algo y ahora no hay nada.

Valentina Varas













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