Soneto
   La grande voluntad que me has mostrado,		
señor don Juan, mi lengua ha enmudecido,		
el ánimo me tiene enternecido		
y como cera en fuego me ha ablandado.		
   El fuego de tu musa me ha abrasado
pero más el amor que en ti he sentido,		
el continuo regalo que ha tenido,		
la mano liberal que me ha amparado.		
   Con piedra blanca he señalado el día		
cuando amorosamente fui acogido
en tu erudita y santa hospedería.		
   Allí yo recibí nueva alegría,		
allí cobré Mecenas, y engreído		
se ha con tu favor la musa mía.
Alvar Gómez de Castro
No hay comentarios:
Publicar un comentario