A mi propio retrato
   Agradece al pincel ¡oh sombra vana!		
tanto esplendor, que a breve lienzo fía,		
exento a la cobarde valentía		
de aquel que huyendo mi verdor profana.		
   Hoy me parezco a ti, mas no mañana.	
¡Dichoso tú que naces cada día		
y el tiempo no podrá con su porfía		
poner en ti una arruga ni una cana!		
   Dichoso tú que el curso fugitivo		
de su veloz carrera, despreciando,
siglos apuestas a vivir no vivo.		
   Y sin ventura yo, que siempre dando		
cada paso a la muerte, soy cautivo		
que sé no vivo, y muero no sé cuando.		
Álvaro Cubillo de Aragón
Soneto
   Llegó a la suma elevación Mariana,		
pisó la última línea sus grandeza;		
adoleció en lo grande; ¡qué fineza!		
del peligro vivió. ¡qué soberana!		
   En púrpura, en clavel, en nieve, en grana
la esmeralda rompió de su belleza;		
ocasionando el riesgo a tanta Alteza,		
flor que desabrochó su Abril temprana.		
   Dio a España sucesor, hizo inmortales		
las victorias de sustos, y temores
con el laurel debido a tanta hazaña.		
   Viva, y el Sol la de rubios cendales,		
sobre azafates de encarnadas flores,		
gloria a Felipe, y Príncipes de España.
Álvaro Cubillo de Aragón
No hay comentarios:
Publicar un comentario