Soneto
Virgen y Madre, que de sol vestida,
cual la rosada Aurora te levantas,
y a todas las criaturas te adelantas
porque sin culpa fuiste concebida.
Hoy en tu muerte gozo sin medida
recibe tu alma, y tus benditas plantas
con las incorruptibles carnes santas
miden el Reino de la eterna vida.
Allí santa, y gloriosa en cuerpo y alma,
del Padre, y del Espíritu gozando
asistes a la diestra de tu Hijo.
Allí se están los santos alabando:
y allí con infinito regocijo
sobre lo que no es Dios tiene la palma.
Francisco Crespi de Valldaura
Soneto al lector
Con voz llorosa y triste melodía
canta el Girón la muerte y el tormento
de aquel, en cuyo alegre nacimiento
cantaba el cielo gloria y alegría.
Sientan las almas áspera agonía,
y hagan los ojos grave sentimiento
de ver tan afrentado y tan sangriento
el Hijo poderoso de María.
Y tú, pío lector, después de visto
el orden, el primor, destreza y gala
del canto que a llorar ha de moverte.
Llora de compasión de Jesu-Cristo
y de dolor de ver la vida mala
de los que fueron libres con su muerte.
Francisco Crespi de Valldaura
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