A la muerte de Lope de Vega
Mientras Sirena en piélagos de llanto
a la muerte se opuso tu armonía,
pues las vidas, que indómita rendía,
vivificaban armónico tu canto.
Alta ruina al Reino del espanto
temió la muerte, y con razón temía,
mas cuando más vengarse presumía,
en tu armonía receló su encanto.
Hoy que a tu vida se atrevió la muerte,
sin duda que tu Musa suspendida
suspendido tenía el dulce acento.
Pues si cantando te envistiera fuerte,
en vez de dar la muerte a tanta vida,
vida diera a la muerte tu contento.
Antonio Barbosa Bacelar
No hay comentarios:
Publicar un comentario