Soneto
   Tienen los garamantes una fuente		
que, por oculta calidad del suelo,		
el agua tiene fría como el hielo,		
cuando la hiere el sol resplandeciente;		
   mas luego que en la mar moja la frente,
y el mundo se oscurece, y en el cielo		
tiende la negra noche el rico velo,		
hierve y abrasa como fuego ardiente.		
   Así yo triste, en fuente convertido		
de llanto, estoy helado en la presencia
de los ojos, que son el sol que temo;		
   mas luego que oscurece mi sentido		
la oscurísima noche de su ausencia,		
en vivo fuego me consumo y quemo.
Fadrique Enríquez de Ribera El Marqués de Tarifa ¿?
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