Influjo de amor
ArribaAbajo   Célebres calles de la corte indiana,		
grandes plazas, soberbios edificios,		
templos de milagrosos frontispicios,		
elevados torreones de arte ufana,		
   altos palacios de la gloria humana,
fuentes de primorosos artificios,		
chapiteles, pirámides, hospicios,		
que arguyen la grandeza americana:		
   ¡Oh México!, sin duda yo gozara		
del gusto que me brinda tu grandeza,
si causa superior no lo estorbara.		
   De tu suelo me arranca con presteza		
el suave influjo de la dulce cara		
de una agraciada rústica belleza.		
Fray José Manuel de Navarrete
La triste ausencia
ArribaAbajo   Su manto recogió la noche oscura		
que cobija al mundo tristemente,		
y abriéndose las puertas del oriente		
se asoma a su balcón la aurora pura.		
   De la fresca arboleda en la espesura
los céfiros susurran blandamente;		
desata el arroyuelo su corriente,		
y por márgenes verdes se apresura.		
   Sus fragancias respiran flores suaves,		
y llenando los vientos de armonía
requiebros trinan las parleras aves.		
   Todo el mundo se llena de alegría,		
menos yo, que en mis penas siempre graves,		
ausente estoy de la zagala mía.		
Fray José Manuel de Navarrete
Recuerdos tristes
ArribaAbajo   Cuando tu blanca frente yo ceñía		
de yedra azul y de encarnada rosa;		
cuando en el fértil prado y selva umbrosa		
mil cariños muy dulces te decía;		
   cuando de agresta flauta me servía
para cantar tu cara milagrosa;		
cuando en nuestra cabaña venturosa		
me nombraba por tuyo, y tú por mía;		
   cuando... mas no, no quieras, Clori amada,		
que refiera más gustos, pues no intento
que gima la memoria lastimada.		
   Iba a decirle que en aquel momento		
que recuerdo la vida ya pasada,		
no sé como no muero de tormento.
Fray José Manuel de Navarrete
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