A la paz
ArribaAbajo   La guerra por un caso inevitable		
invadió la Española Monarquía,		
juzgando que aceptada, acabaría		
de una vez con la gente miserable,		
   y rehusada, al Monarca respetable
la gloria militar rebajaría.		
El pueblo frece a Carlos a porfía		
dones mil del tesoro inagotable		
   de su amor; y por Carlos negociada,		
viene la paz con palma de victoria.
La guerra cruel corriendo apresurada		
   tantos despojos deja en nuestra tierra,		
que Carlos de la paz saca la gloria		
y el pueblo la abundancia de la guerra.
A un orador contrahecho, zazoso y satírico
ArribaAbajo   Botijo con bonete clerical,		
que viertes la doctrina a borbollón,		
falto de voz, de efectos, de emoción,		
lleno de furia, ardor y odio fatal;		
   la cólera y despique por igual
dividen en dos partes tu sermón,		
que, por tosco, punzante y sin razón,		
debieras predicárselo a un zarzal.		
   ¿Qué prendas de orador en ti se ven?		
Zazoso acento, gesto pastoril,
el metal de la voz cual de sartén,		
   tono uniforme cual de tamboril.		
Para orador te faltan más de cien;		
para arador te sobran más de mil.
Fray Diego González
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