Al grande cuanto malogrado ingenio del doctor Juan Pérez de Montalbán, heredero único del de Lope de Vega Carpio
   Yace aquí, mas no yace, antes revive,		
para que en nuestra pluma más se eleve		
una décima Musa, que a las nueve,		
no emulación, olvido sí, apercibe.		
   Vive, pues aquel Fénix, aquel vive
que el aliento, y espíritu le bebe		
a otro Fénix, a Lope, a quien se debe		
el plectro en que el segundo Lope escribe.		
   Talóse aquella Vaga a nuestra España,		
¡gran pérdida! si bien menos sentida,
quedando Montalbán, florida Vega.		
   Mas ¡ay! que la agostó fatal guadaña,		
con que de un golpe ya Cloro atrevida		
pudo quitarnos dos Lopes de Vega.
Fray Nicolás Garcés
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