Soneto
   Entre cenizas hoy nuevo renace		
la Fénix de gran día, y el gusano,		
que no en cuna de aromas sale ufano,		
si en túmulo fatal pálido nace.		
   El ser le da, y al otro morir hace
gusano roedor del pecho humano;		
con nueva vida, nuevo cortesano		
quiere ser de Señor que nunca yace.		
   ¡Oh, Fénix la más rara que produjo		
brillante sol entre el incienso ardiente!
¡santa transformación no comprendida!		
   Sólo el rayo de luz, sólo el influjo,		
te da el ser de aquel sol, que omnipotente		
sacó de propia muerte ajena vida.
Fray Pedro Gracián
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