Jacinta María de Morales

A San Pedro Mártir

   El pecho herido, la cabeza abierta,
luchando con la última agonía,
la fe de Pedro, que espirando ardía,
dio de su gran fervor noticia cierta.

   La voz turbada ya, la mano yerta
lámina hizo del hielo en que escribía,
con excelente sangre que vertía,
sacros misterios que a explicar acierta.

   ¡Oh tú, que más allá de lo posible
predicación muriendo ejercitaste,
negándote en lo humano a lo sensible!

   Tú el renombre de mártir conquistaste,
pues del sitio que heroico sufrible
tan eminente cátedra fundaste.

Jacinta María de Morales

No hay comentarios: