No ya cambie sus plácidas corrientes		
el Asturiano Ibero Peregrino,		
ni al Tajo Lusitano cristalino		
mendigue los Camoes excelentes.		
   Sus diáfanas aguas transparentes,
no emulen las del Bético divino,		
si de Rufo burlesco, cuanto fino,		
de Alberto, imitan prendas eminentes.		
   Por, Diez, escribe, si por muchos canta,		
aquella Cisne, que sus aguas bebe,
en primor, y noticia se adelanta.		
   Ni desafecta pluma se le atreve		
por Padre, y Tío, con segura planta,		
hereditaria Estatua se le debe.
Josef de Bardagi
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