Juan Delgado

A la muerte de Lope de Vega

   O tú de Apolo universal destino,
transito es, no es muerte, haber faltado,
porque puede ascender de grado en grado,
mas no puede postrarse lo divino.

   Desde catorce lustros peregrino
sobre altares de antorchas colocado
no fue adquirir más gloria tu cuidado,
fue volverse al honor de donde vino.

   La eternidad te erige jerarquía,
porque nunca en tu ser se anocheciera
lo que infinitamente amanecía.

   Siempre fuiste carbunclo de una esfera,
primavera de luz tu ingenio ardía,
y siempre se ha quedado primavera.

Juan Delgado



A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán, insigne hijo de la imperial villa de Madrid

   Si saber, si acertar, si haber vivido,
en la risa del Sol, no pertenece,
que siglos se asegura el que merece
vivir en la memoria del olvido?

   Si alcanzó Montalbán lo no aprendido
del que más en las ciencias resplandece,
como padece horror, y si padece
que duración tendrá lo inadvertido?

   Planeta cuarto era en nuestro Polo,
y siendo los demás estrellas bellas,
el sólo fue lucero de si sólo.

   Y así como a su luz no alumbran ellas,
fue menester que se pusiese Apolo
para que respirasen las estrellas.

Juan Delgado



Par el mismo tema

   Este prodigio que con labios de oro
cantó, estudió, enseñó doctos cuidados,
mereciendo el decoro de los Hados
le perdieron los Hados el decoro.

   Cisne de amor, tan dulce, tan canoro
tuvo estos once cielos elevados,
que codiciosamente enamorados
le usurparon la luz de su tesoro.

   Siete lustros vivió y pasar pudiera
más allá del Padrón de las edades,
pues pareció Deidad, sino lo era.

   Mas tanto compitió con las Deidades,
que ya que fue su vida corta Esfera,
sus conceptos serán eternidades.

Juan Delgado











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