A la muerte de Lope de Vega
Desde que fue pastor tierno Belardo,
di atención a sus quejas y dolores,
cortando de su ingenio algunas flores
que por reliquias observadas guardo.
Después cual sol universal gallardo
dio luz a tantos doctos escritores,
desterrando los críticos horrores
del nuevo idioma, apócrifo y bastardo.
Trátele en su estados diferentes,
y en sólo Sessa le advertí dichoso,
pues son sin duración los premios vanos.
Y en esta protección sin accidentes
le ajustó el cielo a espíritu glorioso,
para honrarle con premios soberanos.
Pedro de Morales
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