Francisco de Olaegui

Soneto

   Llega Javier al cielo, ya Gigante,
en lama, y cuerpo, con la augusta frente
a quien cuanta en la esfera arde luciente,
estrella ceñirá bello diamante.

   Medio Orbe al Macedón bastó arrogante,
todo el mundo a Javier no es suficiente,
pues si en llamarse grande aquel no miente,
que renombre a Javier será bastante.

   Siempre aspiró a ser más pero su aliento,
no hallando más que ser, ya se ha excedido,
a sí mismo: o Javier siempre portento.

   Cuanto otros Héroes fueron no ha podido
eternizarlos, más a tu ardimiento
le sobra la mitad de lo que ha sido.

Francisco de Olaegui



Soneto

   Sobre si se levanta a mayor vuelo
Javier, y de su espíritu elevado,
es a la alta región arrebatado,
que es peregrino en él lo que no es cielo.

   Vuela en las alas de su santo celo,
del puro ser de Dios, enamorado,
amante Serafín, Ángel alado,
de acción perpetua, y de inmortal desvelo.

   En sí el noble atributo sabio encierra,
de pacificador, sus propiedades
en paz unen el cielo con la tierra.

   Y de iris celestial con claridades,
tempestades idólatras destierra,
y causa de la Fe seguridades.

Francisco de Olaegui













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