Soneto
   Confeso en el linaje, y moro puto,		
y mixto en línea estrecha con villano,		
ya he visto ser la flecha de tu mano		
y que eso es tu lenguaje y tu tributo.		
   Avieso fue el ultraje disoluto;
de listo, erró la flecha el cuero insano		
que a Cristo iba derecha, y dio al cristiano;		
suceso que en tu traje pondrá luto.		
   Detenga esa lanzada de Minerva		
y, caiga o no en la cuenta de sus yerros,
si asesta otra, contemple esta medida.		
   Y venga enherbolada en esa yerba,		
y traiga la tormenta de tres fierros,		
como ésta, que no hay temple que la impida.
Francisco de Pamones
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