Francisco de Sigüenza

Soneto

   Javier Águila Indiana, cuanto hermosa
oro en las alas, en el pico plata,
desde la bata tierra se dilata,
al espacio del viento caudalosa.

   Y cuando con sosiego en el reposa,
mira al Sol más ardiente, y con él trata,
lazos del gentilismo así desata
absorto a suspensión tan prodigiosa.

   Estrella se imagina el firmamento,
vapor la tierra, que al cielo le encamina,
el Sol aromo suyo más profundo.

   Yo no le juzgo estrella, si portento,
vapor tampoco, claridad divina,
aromo no, deidad que huye del mundo.

Francisco de Sigüenza

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