De El padre de su enemigo
Primera jornada - Federico
   Príncipe ilustre, mi piedad advierte,		
pues que le pongo fin a tu deseo,		
si te quito el amor monstruo más fiero,		
que importa si Feduardo darte muerte,		
   con un dolor no más, si bien tan fuerte,
excusas muchas que en mi pecho veo,		
tu mueres, a vivir por lo que creo		
y yo vivo a morir, infeliz suerte.		
   Cual de los dos el venturoso ha sido,		
pues por la puerta que te abrió la herida,
pudo salir amor, y entró en olvido,		
   que más dicha pretende quien olvida		
dejarme a padecer apercibido		
yo quedo con amor y tú sin vida.
Juan de Villegas
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