A Joseph de Villaviciosa
De la madre común razón de estado
fue el encerrar tesoros y riquezas
en conchas, minerales y asperezas,
Donde el hallarlas fuese de cuidado.
Con tal la habéis, Joseph, aquí imitado,
que por incultas y ásperas malezas
de vuestro raro ingenio las proezas,
y un tesoro sin suma habéis cifrado.
No hay que temer del Zángano el zumbido,
pues ya por vuestra pluma a encaramarse
llega, donde jamás podrá el olvido;
ni aquel que con los dioses estrellarse
quiso, y culpar sus obras atrevido,
que en vano en esta le es el desvelarse.
Luis Alonso de Párraga
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