Una Aurora esplendor de siete Auroras,		
tu cuerpo fue sepulcro a sus acciones,		
en cuanto ilustra el alma a las regiones,		
que viven sin ofensa de las horas.		
   Muerto a la vida, el término mejoras,
pues con enternecidas suspensiones		
en abismo de luces te dispones		
glorias, que en inmortal seno atesoras.		
   A suprema deidad el alma unida		
en sí anticipa el premio suspendido
de su divino amor sacra violencia.		
   Volviste a los umbrales de la vida,		
porque, el orbe a tu ejemplo reducido,		
en más grados de Dios bebas su esencia.
Manuel Ponce
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