Mariano Álvarez Robles

I

   Calzábase Justina su zapato,
de su retrete tras la azul cortina,
cuando yo por mirar su faz divina,
me aproximaba cual astuto gato.

   Vi lo que nunca viera tan barato;
mas de ello apercibióse la ladina;
y una robusta moza de Pechina
sorprendióme al reclamo de un silbato.

   Arrojóme violenta un gran tintero;
pero echando yo mano a la escopeta
apunté tremebundo a su salero;

   de turrón una barra, cual paleta,
sirvió de escudo a su negruz puchero,
y tuve que batir una retreta.




II

   Es mi patrón el Cristo del Zapato,
mi devoción la Virgen de Cortina,
no conozco más ley que la divina,
mi lema es libertad, mi emblema un gato.

   Mi inclinación es siempre a lo barato,
mi antipatía a la mujer ladina,
mi mundo no se aleja de Pechina,
y mi música toda es un silbato.

   Mis muebles se reducen al tintero,
mi riqueza consiste en la escopeta,
mi vajilla se cifra en el salero.

   En mi fogón no hay más que la paleta
ni más en mi cocina que un puchero;
pero nunca he asistido a una retreta.

Mariano Álvarez Robles



Soneto

   Entré a comprar turrón, cuando un zapato
se me quedó enganchado en la cortina;
la confitera con su voz divina
me dijo: «Amigo, le cogió a usté el gato».

   «No importa si el turrón lo da barato».
le dije al punto, mas la muy ladina
me replicó, taimada, que en Pechina
tocaban las muchachas el silbato.

   «Allá voy a partir, trueco el tintero»,
alegre respondí, por la escopeta,
pues pretendo admirar tanto salero.

   Al punto que llegué vi una paleta
de aspecto horrible, cara de puchero...
y me volví tocando la retreta.

Mariano Álvarez Robles














No hay comentarios: