A Lope de Vega
De Helicón por su falda se derriba
el agua cristalina, hasta que llega
a dar en la florida y fértil Vega,
que en vuestro claro ingenio el sol cultiva.
Donde Dafne también menos esquiva
con sus hermosos brazos ya le ruega,
para digna corona que os entrega,
que es más que para vos, el don reciba.
Al fruto responded de sus amores,
con el que en vuestra Vega habrán cogido
los Tiritos de Arcadia moradores.
Porque de su campaña convencido
quede y pagado, pues que son mejores
que las que él inventó, ni el mundo ha oído.
Mateo Pérez de Cárdenas
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