¡El verdadero héroe!
   El férreo arado que su pie oprimía		
trocose a su pesar en arma fiera		
y del suelo feliz donde viviera,		
la Ley levóle a la Manigua impía.		
   El negro artero con tenaz porfía
quiso atajarle en su triunfal carrera		
y al negro destrozó con faz severa,		
y al yanqui rechazó con gallardía.		
   ¡El clima insano con traidora saña		
mató su fortaleza y su organismo
y enfermo vino a su querida España!		
   ¡Oh! fuerte campeón soldado rudo,		
yo admiro tu valor y tu heroísmo		
y lleno de entusiasmo te saludo!		
Antonio Fernández de los Reyes
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