La tentación
   A un cura oyó un sermón el pobre Pablo		
en el cual el presbítero decía		
que a Cristo en el desierto tuvo el diablo		
de tentarle la rara villanía.		
   «Sin duda el cura miente, Pablo dijo,
pues que siendo Jesús del orbe dueño,		
y aun del Infierno mismo, era de fijo		
cuanto ofrecerle pudo muy pequeño».		
   Frente por frente de él, en un retablo		
pintada una arrogante Magdalena
abrazando a Jesús miró al buen Pablo,		
   y exclamó para sí: «¡Cosa más buena!...		
No sabe el pobre cura lo que habla.		
¡Si alguien tentó a Jesús, sería esa diabla!»
J. Ambrosio Pérez
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