La duda
   Vaga en mi alma el germen de lo bueno;		
vaga en mi ser el germen de lo malo;		
que al ángel puro en la virtud igualo,		
que igualo a la serpiente en el veneno.		
   Oigo en mi ser , como horroroso trueno,
la voz del odio; y plácido intervalo		
me presenta el amor, y luego exhalo		
hondo suspiro de ventura lleno.		
   Y al extender la vista por el mundo		
viéndome en equilibrio en mis pasiones,
cierro los ojos para no caerme...		
   ¡Mas cuán grande es mi mal! ¡Oh cuán profundo		
al saber que esquivando tentaciones		
se me pasa la vida en sostenerme.
José María de Jaureguízar
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