A Jesús
   Cuando te miro mi Jesús amado		
por devolverme la salud con creces,		
ansioso de apurar hasta las heces		
el cáliz de amargura preparado;		
   el cáliz en el cual triste, agobiado,
tu voluntad a la del Padre ofreces,		
aquel cáliz cruel que tantas veces		
he renovado yo por el pecado!		
   Cuando te miro pobre, escarnecido,		
maltratado, marchando sobre abrojos,
cargado por mi bien con un madero,		
   y muerto en él, en fin, envilecido,		
me parece al ver llanto aún en mis ojos		
que con todo mi amor nada te quiero!
Pablo Medina
No hay comentarios:
Publicar un comentario