Del sur
   ¡Quién pudiera en el árabe corcel		
llegar ante tu reja, cuando el sol		
decora con magnífico arrebol		
los frisos de tu gótico cancel!		
   De tu patio feliz, que es un vergel
donde sueña el jazmín y el girasol,		
oír, bajo el artístico farol		
de la guitarra el lírico rondel.		
   En la hermosa y sagrada catedral		
hacer una visita; discurrir
luego por el frondoso naranjal;		
   y al alejarse férvido, escribir		
una rima a tu nombre, en el caudal		
del celeste y cantor Guadalquivir...		
Enrique Vázquez de Aldana
Safo
   Es la Grecia inmortal, la que su lira		
siempre aclama en su lírico torneo		
pues de su inspiración el centelleo		
resplandece ante el pueblo que le admira.		
   Por el templo de Venus, do se inspira
ella se emancipó del gineceo:		
y al goce le cantó, cantó al deseo		
de aquel amor que inflama y que delira...		
   Abandonada en bello plenilunio		
llora la hermosa hetaria su infortunio
en un raudal de lágrimas ardientes;		
   llega luego de un mar a la alta roca,		
y después que a Faón llama y evoca		
se sepulta en las ondas transparentes.		
Enrique Vázquez de Aldana
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