"Todo el día hemos usado el barco (El Enduran) como ariete. Admiramos nuestro resistente barquito, que parece deleitarse luchando contra nuestro enemigo común, destrozando los témpanos con gran estilo. Cuando hace impacto, se detiene, se estremece desde la galleta a la sobrequilla, y entonces, casi de inmediato, el hielo empieza a quebrarse y nosotros, cual una cuña, forzamos la grieta poco a poco para poder pasar.
Atrapados en el hielo […] Parece que estaremos atrapados toda la estación. Una notable bajada de temperatura a medianoche, registrada a quince grados bajo cero. Esto ha tenido por efecto congelar muchos de los pequeños estanques y cimentar los témpanos, lo cual no augura nada bueno […] La idea de pasar el invierno en un barco atrapado en el hielo es muy desagradable, no solo por el necesario entorpecimiento de nuestro trabajo, sino también por la relación forzada con los marineros, que, si bien son amistosos, no simpatizan mucho con el personal científico."
Frank Hurley
Tomada del libro La maldición de los exploradores de Lorenzo Fernández Bueno, página 124
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