"El jeque me proporcionó caballos y partimos para Biban-el-Meluke. Avanzamos aproximadamente un kilómetro y medio hacia el norte por una especie de calle, a cada lado de la cual la roca, de tres metros de altura, tiene habitaciones talladas en ella, algunas sostenidas por pilastras; como no había señal alguna de edificios privados en la llanura, pensé que en tiempos muy antiguos debieron servir de casas, ya que proporcionaban mejor protección para el viento y el frío de la noche. La piedra es de una especie de gravilla y las puertas están talladas a la calle de un modo regular. Luego giramos hacia el noroeste, a las altas colinas rocosas, y nos encontramos en un valle muy estrecho. Luego volvimos a girar hacia el sur y luego hacia el noroeste, avanzando entre las montañas durante un kilómetro y medio o dos… Llegamos a una parte más ancha, con una abertura parecida a un anfiteatro, y subimos por un estrecho pasadizo con escalones de unos tres metros que parecía haber sido tallado en la roca, perteneciendo el antiguo pasadizo al Memnonium, al pie de las colinas; puede que provenga de las grutas en las que entré por el otro lado. A través de este pasadizo llegamos a Biban-el-Meluke, esto es, la puerta o patio de los reyes, donde están los sepulcros de los reyes de Tebas."
Richard Pococke
A description of the East
Tomada del libro La maldición de los exploradores de Lorenzo Fernández Bueno, página 81
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