El ideal
¿Amarla? No, que del amor cansado
es ya mi corazón sepulcro frío.
La contemplo, eso sí, con desvarío
porque es el ideal tan deseado.
Cuanto pasa radiante por mi lado,
quiero vencer a mi constante hastío,
porque es la imagen del ensueño mío,
porque es el ángel por mi afán soñado.
¡Pase de largo, sus encantos guarde!
Aunque sería amarla mi consuelo,
hacer no puede de su amor alarde
este maldito corazón de hielo...
¡Su sombra ha sido mi constante anhelo,
y hoy que la encuentro, para amarla es tarde!
Inocencio de Oña
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