Soneto
   ¿Quién eres? ¡Ay de mí! Por mi ventura		
serás acaso de la estrella mía,		
el sólo móvil que doquier la guía		
o el Dios que fecundiza a la Natura?		
   ¿Iluminas tal vez con tu hermosura
cuanto bello se ve a la luz del día,		
o sin ti, cuanto existe, moriría,		
de tétrico pesar, o de pavura?		
   Algo tienes que ser, alma del alma,		
ser de mi corazón, bien de mi vida,
que a delirios sin fin tu amor convida,		
   símbolo eterno de la dulce calma,		
inflamando amorosa y lisonjera,		
llena de encantos la pasión primera.
Juan Robles Yáñez
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