Mi gratitud al soneto
Dicen, Soneto, que tormento eres
por las traviesas Musas inventado,
y que es más que difícil tu trenzado,
si ha de tener los justos caracteres.
No me acomodo a tales pareceres;
par mí fuiste el cáliz nacarado
con que brindó mi afán de enamorado
al placer y al amor y a las mujeres.
¡En un soneto entronicé a Conchita!
¡Otro forjé para la excelsa Pura!
¡Otro puse a los pies de Isabelita...!
Y, cantando en sonetos su hermosura,
con efusión romántica infinita
me colmaron de amor y de ventura.
Modesto Moreno de la Rosa
Soneto al soneto
En tus catorce líneas paralelas
debajo de tu nombre bien medidas,
a llenarte de versos me convidas,
a mi afición sirviéndole de espuelas.
Sin sujetarme a rígidas escuelas,
y nunca nunca con placer nacidas,
y siempre siempre de amargura henchidas,
cuajo en tu nombre yo mis cantinelas.
A mi musa rogándole, no en vano,
que ponga pulso a mi nerviosa mano
para acoplar cuartetos y tercetos,
voy de mi vida por el mal camino,
acadenado a mi fatal destino:
¡llorar mis penas y escribir sonetos!
Modesto Moreno de la Rosa
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