A la muerte de Gambeta
Por cipreses cambiad, republicanos,
el laurel que os ciñó la Patria un día;
vuestro dolor iguale a la ufanía
que ostentaran doquiera los tiranos:
Aquel que los esfuerzos soberanos
burló de despechada oligarquía;
Atlas que un nuevo mundo sostenía
-el Derecho- cayó, cayó, ¡oh hermanos!
Mas aun en paz no yace: su memoria
el homenaje espera - el que al coloso
pueda llegar- el digno de su gloria:
No débil llanto o mármol ostentoso...
ofrendadle ¡soldados! la victoria,
y él satisfecho se dará al reposo.
Nicolás W. Pinzón
A Nariño
¡Oh grande, entre los grandes el primero!
Descansa en paz, tu patria te ha olvidado.
No hay nada para ti; todo está dado...
¡Oh tribuno! ¡oh filósofo! ¡oh guerrero!
Tu idea -o Dictador o prisionero-
fue la venganza del Derecho hollado,
sin que el rigor terrible de tu hado
pudiese quebrantar tu alma de acero.
Recibe así el desdén de tus hermanos;
sobre el oprobio de tu Patria, gime,
mas no la horrenda ingratitud te asombre;
que en esta vil generación de enanos
ya no alienta tu espíritu sublime,
ni hay mano digna de esculpir tu nombre!
Nicolás W. Pinzón
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