"Barcelona también había sido descartada: pese al espíritu mediterráneo, la Ciudad Condal era también catalana, y por tanto poco fiable: «Yo no conocía entonces aquel lugar de España, pero su actitud ante la cruzada justificaba todos los recelos». Los nombres de Burgos o Valladolid, que tan importantes fueron para la causa franquista, también sonaron como nueva capital; «al fin y al cabo, Castilla fue cuna del imperio y el eje de nuestra grandeza histórica».
Finalmente, el tema no fue más allá de rumores y conversaciones privadas que, aunque dieron que hablar, nunca llegaron ni a ponerse en marcha. Por un lado, estaban las cuestiones materiales del cambio, y es que los detractores de Madrid no habían calculado la dificultad práctica de mover la capitalidad de un Estado nación moderno de una ciudad a otra. Por otro lado, y a pesar de que las circunstancias eran preocupantes, se podía interpretar el momento en una clave distinta, no tanto de crisis, como de oportunidad política. En efecto, las autoridades franquistas finalmente entendieron que la dimensión simbólica y la dimensión material representaban dos caras de la misma moneda. En otras palabras, se convencieron de que el nuevo régimen político estaba ante una oportunidad inigualable de empezar de cero si se aprovechaba la destrucción material de la urbe para crearle una nueva identidad. De esta manera, prevaleció el criterio de mantener la capitalidad de Madrid, siempre y cuando la ciudad fuese reconstruida y resignificada. Es decir, era perentorio fabricar una nueva narrativa para la capital del régimen de Franco que alejase por completo los fantasmas de la Segunda República y del lema «No pasarán»."
Pablo del Hierro
Madrid, metrópolis (neo)fascista
"Es fundamental para explicar qué está ocurriendo ahora con la extrema derecha investigar qué ocurrió en los 90 y principios de los 2000 y llenar ese vacío historiográfico."
Pablo del Hierro
“Haber dejado atrás el término fascismo es un éxito de 'branding' de la extrema derecha.”
Pablo del Hierro
"Madrid no fue la única ciudad del nodo: hubo otras importantes como Lisboa o Buenos Aires, pero Madrid se mantiene dentro de las muy importantes durante mucho tiempo, casi ininterrumpidamente. Permite a los fascistas tener un lugar seguro primero en el que refugiarse y después, y esa es la clave, desde el que reorganizarse políticamente. Compartían ideas, publicaban, se reunían, organizaban actos...Y desde ahí pudieron montar su movimiento político. Varias organizaciones fascistas como la OAS, Joven Europa, Fuerza Nueva o Frente de la Juventud se crean en Madrid, que lo que hace es acelerar la reagrupación de la extrema derecha o el fascismo tras 1945, un momento en el que está en una situación muy delicada. Les facilitó mucho la vida."
Pablo del Hierro
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