Tony Gratacós

"Creo que en el corazón de todo ser humano, y no únicamente en el de los conquistadores, crecen las buenas y malas hierbas. Forma parte de nuestra naturaleza. Y abocados a una situación límite como, por ejemplo, la conquista de una tierra hostil que resultaba ser rica, emergen con o menor fuerza nuestras malas pasiones si no hemos sabido dominarlas en las cosas pequeñas. Así, la avaricia, la codicia o la lujuria podían estar a la orden del día en cualquiera que no hubiera sabido poner coto a esas mismas pasiones en las situaciones cotidianas de la vida. Si no sabes dominar las cosas pequeñas, lo grande se te escapará seguro..."

Tony Gratacós



"Creo que, por reglar general, en España no queremos ni somos agradecidos con nuestros heroes. Este sentimiento no es nuevo; forma parte de nuestro ADN como españoles. Ni siquiera Colón, o Elcano ni Cortés fueron obsequiados en vida con el agradecimiento sincero de una Corona que ignoró el esfuerzo que hicieron esos hombres por expandir los límites de su reino hasta convertirlo en un imperio. Ese sentimiento del siglo XVI sigue vigente en los españoles del siglo XXI: seguimos ignorando nuestra propia historia, cuando no la despreciamos. Madrid, por ejemplo, no tiene absolutamente ninguna estatua o plaza o calle importante dedicada a Hernán Cortés; solo una triste calleja que cruza de Hortaleza a Fuencarral. Así seguimos siendo de agradecidos, de ignorantes, y habrá que haber alguien en nuestras filas, en nuestro país, que se encargue de rescatar nuestro pasado para ofrecerlo a las generaciones futuras. Y sino lo hacemos nosotros, no vendrán Ken Follet ni Netflix a hacerlo por nosotros. @mundiario."

Tony Gratacós




"Cuento la historia de la primera vuelta al mundo desde una perspectiva totalmente distinta."

Tony Gratacós




"Hernán Cortés tuvo que al menos chapurrear el idioma azteca, el nahuatl, aunque no lo dominase a la perfección. Pero ese idioma, el náhuatl, se lo debe todo a los monjes franciscanos que llegaron a esas tierras recién terminada la conquista. Fueron ellos los que tomaron la determinación de aprender el idioma de los naturales si querían tener éxito en la evangelización del cristianismo. Su interés por la lengua fue tal que la primera gramática escrita en náhualt se debe a ellos. Es más, sin su determinación, es muy probable que esa lengua apenas hubiera subsistido con el paso del tiempo."

Tony Gratacós



"Los españoles tenemos un gran complejo de inferioridad. En mi anterior trabajo tenía contacto con responsables de Francia, Italia... y me di cuenta de que los españoles somos buenos. La pregunta es por qué nos vendemos tan mal. Me di cuenta de que había franceses que no daban palo al agua, pero qué bien vendían lo suyo... en cambio, nosotros, siempre creemos que lo que hacemos no tiene importancia. Creo que henos sido un imperio y que después pasamos a la nada, y eso nos ha marcado. Pero no entiendo por qué nos da vergüenza. La leyenda negra pesa mucho, pero no habría tenido ese poder sobre nosotros si no la hubiéramos dado esa importancia."

Tony Gratacós




"Los héroes cotidianos están infravalorados. Es la labor oculta de los hombres silenciosos, los que no salen en los diarios, la que construye el mundo. Leemos la Prensa y pensamos que la historia pasa por sus páginas, pero eso no es más que el ruido diario. Lo que hay detrás oculto es lo que cambia la historia, el hacer de esos héroes anónimos."

Tony Gratacós



"No creo que hubiese una carrera por ver quien era el pueblo más sanguinario. El culto a las deidades se fundamentaba en los sacrificios humanos y la antropofagia, y eso hacía que todos los pueblos, cada uno en la medida de sus posibilidades, fuera sanguinario con sus enemigos… A mayor poder, más sanguinarios, ya que muchos de los vencidos acababan sobre la cima de una pirámide. En ese sentido, los sacrificios  son tan brutales como lo imagina Gibson en su Apocalipto, si bien discrepo en la mirada áspera, decrépita y terrible, sin matices, de la civilización azteca que retrata la película. A pesar de los sacrificios humanos, la civilización azteca debía tener atractivos que el mundo de Apocaipto no retrata. La mirada de Mel Gibson en esa película obvia algo muy relevante: Hernán Cortés y los españoles que viajan con él, absolutamente todos, se maravillan de la belleza a su entrada en Tenochtitlán, capital del imperio azteca… Y no hay belleza alguna en Apocalypto."

Tony Gratacós




"Para bien y para mal, la figura de Hernán Cortés se ha utilizado como punta de lanza de quienes odian el trabajo que hicieron allí los españoles, y de quienes por el contrario idealizan la conquista como si hubiera sido un paseo celestial. El ser humano es el ser humano, para bien y para mal. Y como tal, es capaz de lo mejor y de lo  peor: las dos vertientes se manifestaron en tiempos de la conquista. Pero si el pobre Hernán Cortés se ha llevado el blanco de todas las críticas es quizás porque fue el primer conquistador español que se topó realmente con una civilización poderosa y rica, y su inteligencia militar y don de gentes indudable consiguieron lo que ningún hombre salvo Alejandro Magno había hecho hasta la fecha: absorber un imperio y unas tierras que cambiaron los destino de Castilla y de Europa por completo..."

Tony Gratacós



"Siempre me ha gustado ir a librerías. Los libros tienen magia. Entras en una librería y siempre hay uno por encima de los demás que te atrae. No sabes si es por el nombre del autor, la portada, el título del libro... En el caso de «Magallanes» influyó que unía un capítulo de la historia con su autor. Pero el romanticismo de una librería consiste en entrar en una y que alguna historia llame a tu puerta. A veces te compras el libro y no aciertas, pero creo que resulta bonito esta atracción."

Tony Gratacós




"Stefan Zweig nos ha permitido comprender una hazaña de hace 500 años."

Tony Gratacós



"Una vez conquistado el imperio azteca, Cortés pide por escrito a Carlos V que envíe religiosos de ordenes mendicantes, y no sacerdotes ni obispos. Las ordenes mendicantes de la época eran dominicos y franciscanos, y Cortés se inclinaba más por estos últimos porque tenía relaciones familiares que pertenecían a esa orden. Pero lo que le importaba era que fueran mendicantes, hombres pobres de espíritu sin afán de riquezas que los moviera únicamente su celo apostólico."

Tony Gratacós














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