"El sentimiento de solidaridad es algo que he vivido mucho en mi casa. Mis padres eran anarquistas y vivíamos la solidaridad como algo muy grande. Recuerdo, por ejemplo, la fuerza que tenían palabras como “huelga”. Entonces yo vivía la solidaridad como un sentimiento muy fuerte y sin demasiada reflexión, porque sólo era una niña. Pero era consciente de que existía una humanidad que sufría y luchaba y a la que había QUE ayudar. Estudié la carrera de medicina y fue precisamente en mi época de estudiante cuando volví a tomar un contacto muy estrecho con el concepto de solidaridad, ya que empecé a enviar medicinas a los presos de los primeros años de la dictadura franquista. A medida que una entra en contacto con la solidaridad empieza a contactar con los pueblos y con su historia casi de una manera normal. Cuando ocurrió la revolución cubana me interesó conocer, desde el punto de vista antropológico, qué significaba para un pueblo ser protagonista de un proceso revolucionario. Pasé cuatro meses en una granja de una zona analfabeta y allí seguí tomando conciencia de muchas cosas. Era la época de la guerra de Vietnam. Siempre anduve por esta línea solidaria y libre. Y a pesar de su compromiso, nunca ha llegado a ser militante de un partido político. Sí, es cierto. Nunca he sido militante de un partido político aunque sí he sido una persona muy comprometida con el Partido Comunista. Pero siempre he conservado esta libertad, dando pasos de compromiso relacionados con la solidaridad. En Madrid teníamos un comité de solidaridad muy fuerte con Vietnam, de lucha contra la tortura. También indagué mucho el caso de los mineros asturianos. Luego llegó el Proceso de Burgos y fue entonces cuando creamos un comité de solidaridad con el pueblo vasco y denunciamos en Madrid, a través de boletines, los casos de tortura que estaban ocurriendo. La principal trayectoria de mis trabajos sigue una línea de crear mecanismos para denunciar la tortura. Además, usted estuvo en prisión y tuvo la oportunidad de conocer esa realidad de primera mano. Acusándome de cosas tremendas estuve cerca de tres años en la cárcel. Aproveché el tiempo que estuve presa para estudiar a fondo la represión, trabajé mucho y escribí muchísimo. Fue algo positivo. Es lo que le ocurre a todo torturado. Cuando uno toma la decisión de enfrentarse y de denunciar la tortura que ha sufrido recupera su dignidad. Aquella situación me predispuso a hacer un trabajo desde dentro, de cómo se estaba produciendo la transición a la democracia. Mientras fuera estaban ocurriendo cambios, dentro los torturadores seguían siendo los mismos y la tortura se estaba produciendo igual. Cuando salí me propuse ir siguiendo muy de cerca y de una manera muy minuciosa cómo se producía el cambio de una dictadura a una democracia desde el punto de vista de la represión. Me interesó investigar cómo se sigue practicando la tortura en una estructura democrática. Este es el trabajo que he hecho hasta hoy, en facetas distintas y de diversas maneras."
Eva Forest
"Generar miedos parece lo propio de esta nueva forma de represión, miedos vagos, amenazas imperceptibles, que se notan en el ambiente, complicaciones que podrían poner en peligro la seguridad…Pequeños temores que contribuyen a frenar los impulsos y la imaginación. El clima ya hace tiempo que se viene creando y el ciudadano medio es muy sensible a esta clase de propaganda. Enseguida se contagia y ve fantasmas por todas partes […] Se empieza teniendo miedo de lo que pueda perturbar las pequeñas costumbres cotidianas y se pasa pronto a sentir alivio al ver en la esquina al jeep que controla el barrio […] He aquí el porvenir que nos preparan si no intervenimos a tiempo. Un largo proceso hacia la insensibilización y la anestesia. Ahora se nos revela lo que había detrás del marcado interés en sembrar la confusión y fomentar el miedo."
Eva Forest
Preludio para una temida democracia
"La gran noticia nos ha sacudido: Euskadi está en pie. Todo un pueblo ha parado y ha salido a la calle a exigir la libertad de sus presos. Esta espiral nos toca demasiado cerca el corazón. Nos hemos mirado en silencio. Alguien ha dicho: “Con un pueblo así no importa la muerte”. No, no importa la muerte con un pueblo así… Nos hemos abrazado llorando. Es para sentirse orgullosos, muy orgullosos."
Eva Forest
"La pasividad y la falta de capacidad de reacción son el gran mal de las sociedades democráticas y avanzadas."
Genoveva Forest Tarrat, más conocida como Eva Forest
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