¡Oh guerra!
¡Oh guerra! Soy tu desterrado
y las mujeres son cárceles que no entierran mi mutismo,
y las ciudades deliran como un calendario
por las que no se interesan los combates.
El final de mis días en la patria
Era como un ahogado que veía todo, por última vez
Y me sumergía sentado entrecruzando las piernas en una barca
Repleta de muertos
Y mis ojos borrando el olvido
Y detrás de mi espalda se formaba el recuerdo del exilio.
Muhammad Madlum
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