"Algunas personas ven cualquier intento de introducir la automatización en el ámbito de los cuidados como una afrenta a la dignidad humana, como la incursión de una frialdad tecnológica alienante en lo que debería ser un lugar de calor humano reconfortante. Sin embargo, creo que muchas de estas preocupaciones se basan en nociones más bien obtusas y románticas de la capacidad humana de cuidar, y en una reacción más bien instintiva a la idea de las tecnologías del trabajo reproductivo. Muchas teóricas feministas del cuidado, por ejemplo, al hablar de las tecnologías de los cuidados en abstracto, tampoco tienen en cuenta las opiniones de quienes se relacionan con esas tecnologías de forma rutinaria, es decir, las personas que ofrecen y reciben los cuidados que, según algunas encuestas, están más abiertas a la tecnologización de la reproducción social de lo que cabría esperar."
Helen Hester
"Aparte de algún indicio hipersticioso ocasional, resulta imposible implantar el xenofeminismo en un sistema capitalista. El xenofeminismo y el postcapitalismo tienen mucho en común. Ambos son aproximaciones y llamamientos a un futuro extraño; ambos toman cosas que habían sido consideradas hasta hace poco como inmutables e insisten en que se las puede someter a un cambio total. La tesis del postcapitalismo tampoco sugiere un proyecto necesariamente; como concepto, está incluso desprovisto de las ideas confusas asociadas al comunismo, al socialismo o al anarquismo. Es, hasta cierto punto, un código o marcador de posición para el «aún no», para una diferencia que podría estar emergiendo aunque todavía le quede un buen trecho por recorrer y que no se puede predecir con fiabilidad ni prever con antelación (un xenofuturo, por así decirlo). Algo llegará después del capitalismo y, seguramente, será peor. Ciertamente será peor si nos quedamos de brazos cruzados mientras observamos el cambio climático y la crisis ecológica. Debemos luchar por el sistema sucesor que verdaderamente queremos y desarrollar colectivamente el contenido de un postcapitalismo realmente emancipador. El xenofeminismo aspira a proporcionar herramientas para combatir en esta lucha así como plantear un horizonte provisional para determinar para qué vale la pena luchar."
Helen Hester
"Creo que debe tenerse mucho cuidado en no meter en un mismo saco de filosofías contemporáneas al realismo especulativo, al OOO, al nuevo materialismo y al aceleracionismo, por mencionar algunos. Es posible que tales movimientos sean compartidos por algunos pensadores —pongamos por citar algunos a Ray Brassier y a Nick Srnicek, ambos asociados al realismo especulativo y al acceleracionismo, o bien a Graham Harman, a quien se relaciona con el realismo especulativo y el OOO—, pero esto no significa que no existan tensiones y conflictos entre dichos posicionamientos. Demasiado a menudo estas tendencias se convierten en un objeto de crítica fantásmica y las definiciones vagas propician la construcción de sus propios enemigos. En mi opinión carecen de rigor y hacen un flaco favor cuando se trata de anticiparse a los debates.
Dicho ésto y en un sentido más amplio, existe ciertamente un espacio común entre el realismo especulativo y el xenofeminismo (con énfasis en el conocimiento asequible como punto de partida, por ejemplo, y también el rechazo al correlativo “mente equivale a mundo”). El xenofeminismo interpreta ésto como un interés hacia el materialismo biológico: una perspectiva atenta al estrato biológico de la realidad encarnada, que reconoce las capacidades y vulnerabilidades propias de cada cuerpo. Nuestro materialismo biológico, no obstante, está amparado por la afirmación antinaturalista que sostiene que, por el hecho de ser real, un objeto no tiene por qué ser automáticamente fijo o inmutable; un cuerpo físico en sí mismo puede llegar a ser sujeto de un cierto grado de manipulación. Algo que no rechaza ni infravalora las teorías que pretenden descifrar los aspectos discursivos y textuales de la identidad. Reconocemos que las ideas sociales desempeñan un papel destacado cuando se trata de comprender la materialización. El xenofeminismo tiende a poner énfasis sobre el hecho de que la biología también es mutable y un espacio propicio para las intervenciones políticas de emancipación de género. Como explico en mi libro, la biología no es sinónimo de destino porque puede transformarse tecnológicamente y es, justamente, lo que debería hacerse para conseguir una justicia reproductiva y la transformación progresiva del género. Reitero, sin embargo, que cualquier encrucijada que se pueda encontrar, lo es a un nivel más general, hasta el punto de poder significar una comparación inútil."
Helen Hester
"Desde mi punto de vista hay dos figuras que han influenciado el xenofeminismo y que podrían estimarse icónicas y capitales en el proyecto: por una parte Shulamith Firestone, y por otra, Sadie Plant. Dos personajes algo conflictivos. La primera apuesta por la hegemonía, y la otra, por la insurgencia. Una se concentra en la soberanía del sujeto, y la otra, en la del colectivo, etc. Organización versus espontaneidad, construcción versus destrucción generativa, control versus evasión. Éstos son algunos de los conflictos que surgen cuando hablamos de xenofeminismo. Aunque puedan parecer contradictorias, ambas son tendencias necesarias y representan un foco de confrontación de perspectivas dentro del manifiesto. Esta es una de las razones por las que la dimensión mesopolítica es primordial en la elaboración de mi propio discurso xenofeminista. Se trata de mediar entre la inversión colectiva en contrahegemonía firestoniana y la insurrección descentralizada y diseminada de Plant. Sería de utilidad dar relevancia al tránsito político, a la transición entre los distintos niveles de pensamiento y acción, aunque eso no significara necesariamente aliviar todas las tensiones existentes. Deberíamos aceptar, hasta cierto punto, que el pensamiento colaborativo es inevitablemente abierto de miras y, por ende, predispone a un cierto grado de confusión y de conflicto."
Helen Hester
"El ciberfeminismo de los años 90 veía las tecnologías de la información y la comunicación como herramientas de liberación y resistencia. Internet se asociaba con la idea de que las tecnologías en red podían ofrecer posibilidades sin precedentes de agitación social y, por tanto, nuevas oportunidades. En varias obras ciberfeministas de ese periodo se considera que las tecnologías digitales fomentan una mayor fluidez de la identidad, más posibilidades para jugar con el género y nuevas formas de conectar, colaborar y experimentar con la autopresentación. Como señala [la artista y escritora] Claire Evans, por ejemplo, al entrar por primera vez en el proyecto de videojuego All New Gen [del colectivo VNS Matrix], se pide seleccionar un género: Hombre, Mujer o Ninguno. La única respuesta correcta es Ninguno, cualquier otra cosa hará que quien juega entre en un bucle con el que termina el juego. Mucha gente sigue encontrando atractivas las visiones ciberfeministas. De hecho, dado que hay una serie de desafíos de género relacionados específicamente con la vida en la era digital, desde el acoso sexual a través de las redes sociales hasta la privacidad y la protección de las imágenes en línea, está claro que todavía hay mucho que ganar al comprometerse con el pensamiento ciberfeminista premilenario."
Helen Hester
“El xenofeminismo es abolicionista en materia de género en el sentido en que rechaza la validez de cualquier orden social ligado a las identidades como base para la opresión, y en el sentido en que adopta la diversidad sexual más allá de cualquier concepción binaria.”
Helen Hester
"En cierta medida, es posible definir al xenofeminismo, o xf, como un trabajo de bricolaje que conjuga los aportes del ciberfeminismo, el posthumanismo, el aceleracionismo, el neorracionalismo, el feminismo materialista y otras corrientes de pensamiento, en un intento por forjar un proyecto a la medida de las condiciones políticas contemporáneas. Lo que el xenofeminismo busca ensamblar a partir de esta larga lista de influencias no es una posición política híbrida –noción que sugeriría la existencia de un imposible estado anterior no híbrido–, sino una que esté libre de la “infección de la pureza”. Este minucioso trabajo de recolección, selección y revisión de las perspectivas existentes (que consiste en el desmontaje crítico de todas estas influencias) le permite al xenofeminismo posicionarse como un proyecto para el cual el futuro permanece siempre abierto y constituye el horizonte de posibilidad de una drástica reconfiguración."
Helen Hester
Xenofeminismo
"La biología no determina el destino: se puede modificar tecnológicamente."
Helen Hester
"La solidaridad intergeneracional es extremadamente importante para mí. La metáfora de las olas como medio para acotar o delimitar temporalmente las teorías feministas (como «primera ola», «segunda ola», etc.) ha sido criticada, con razón, porque se dice que fomenta la reducción de un complejo tejido de ideas a un relato de simple digestión; se arrincona y olvida cualquier perspectiva o voz anómala que no encaje dentro del relato. La idea de las olas también parece insinuar movimientos sucesivos dentro del feminismo, tendencias separadas y diferenciadas que aparecen para subsumir y sustituir lo precedente. Naturalmente, la realidad nos señala que cada momento histórico está repleto de feminismos que se contagian entre sí, de ciertas aproximaciones, estrategias e ideas que se implantan mediante contextos diferentes y maneras distintas o nuevas.
Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, es importante reconocer también las diferencias presentes en cada época y perspectiva —los cambios, ¡son posibles!— y hacer una reflexión crítica sobre lo que hicieron las generaciones precedentes. Así se empieza a aprender. También opino que es la forma de abordar las teorías anteriores con la mayor camaradería posible, porque reconocemos que se trata de debates e ideas todavía vitales y vivas. Ésto enlaza con una de mis metodologías favoritas: la resignificación. En mi libro hablo de resignificaciónen términos de tecnología, de elegir un aparato y ponerlo en contra de su función original, aplicándolo a una nueva finalidad. Es cuestión de encontrar oportunidades nuevas o inesperadas dentro de los artefactos o sistemas que quizá no hayan sido diseñados teniendo en cuenta nuestras precisas necesidades. No obstante, la resignificación puede ir más allá de las tecnologías específicas y significar una mirada reparadora más general, en busca de aspectos útiles para los movimientos intelectuales, por ejemplo, o en tradiciones activistas previas que no tienen por qué coincidir con nuestro punto de vista."
Helen Hester
“Las características que hoy responden a categorías de género y raza ya no sirvan de criterio para hacer ningún tipo de discriminación más allá del tipo de la que permite el color de ojos, el hecho de tener o no pecas o la capacidad de enrollar la lengua.”
Helen Hester
"Las iniciativas en torno a la autoayuda feminista, el activismo de la salud trans, el biohacking queer DIY, etcétera, a menudo contienen el germen de algo verdaderamente radical, aunque también reconozco sus limitaciones y riesgos. El hacking puede entenderse como el uso estratégico con fines nuevos de los elementos existentes en un sistema. El biohacking y las cyborg-brujas se alinean con este modelo. Estos proyectos ayudan a los sujetos generizados a labrarse un espacio de autonomía dentro de sistemas disciplinarios que siguen siendo difíciles de navegar, tanto material como políticamente. Hasta cierto punto, pueden verse como formas de autodefensa biomédica. Sin embargo, la falta de una infraestructura material para enfoques alternativos o autónomos de la atención sanitaria impone claras limitaciones en cuanto a la capacidad de las personas para acceder a cualquier recurso de este tipo en el aquí y ahora. Y, por supuesto, dada la complejidad tecnomaterial de la medicina moderna, hay algunas formas de tratamiento que nunca estarán al alcance del DIY individual porque requieren años de formación, equipamiento sofisticado… Las prácticas de resistencia del genderhacking DIY deben combinarse con intentos más amplios para garantizar un cambio amplio y duradero, para reconfigurar no solo cuerpos y subjetividades específicas, sino también las formaciones institucionales de gran alcance del mundo tecnomaterial."
Helen Hester
“Lo que consideramos tiempo libre no es sino un espacio para la recuperación.”
Helen Hester
“Necesitamos un feminismo que crea que otra cultura tecnológica es posible.”
Helen Hester
"No solo las tecnologías han cambiado mucho en los últimos 25 años, sino que los fundamentos filosóficos de algunas propuestas ciberfeministas parecen necesitar una actualización crítica. Es notable que Evans incluya el fracaso del ciberfeminismo dentro de su propia descripción del movimiento. Según sus palabras, el ciberfeminismo es “una ola de pensamiento, crítica y arte que surgió a principios de los 90, estimulando a toda una generación de feministas antes de estallar junto con la burbuja de las puntocom”. ¿Por qué estalló esa burbuja ciberfeminista? Algunos críticos creen que se hizo demasiado hincapié en las posibilidades políticas de la descorporeización digital. Pero la encarnación no se puede eludir tan fácilmente, interactuamos con el ordenador a través de un cuerpo de carne y hueso. Incluso si pudiéramos imaginar un mundo de conexión más allá de los cuerpos, ¿sería esto realmente deseable para mujeres y queers, que, después de todo, han tendido a estar más asociadas con los cuerpos que con las mentes dentro de las culturas europeas? Las posibilidades del ciberfeminismo están ligadas a un contexto tecnomaterial específico: un mundo de chats, foros, entornos virtuales y otros fenómenos asociados a la infancia de internet. En la actualidad, crear un perfil falso sigue siendo una posibilidad, pero requiere mucho trabajo y normalmente parece más un engaño deliberado que un juego de identidad vivificante. Haríamos bien en conservar la energía productiva, constructora de mundos y tecnocuriosa del ciberfeminismo, y en combinarla con una conciencia renovada del hecho de que no existe una división rígida entre vida real y actividad online. Términos como clicktivismo [activismo digital] y slacktivismo [activismo de sillón] implican que la organización digital es de alguna manera perezosa o inferior a su supuesta contraparte del mundo real, que el ciberfeminismo no es en realidad ningún feminismo. Sin embargo, como deja claro el trabajo de la doctoranda Gabriela Loureiro, la movilización feminista digital puede ser tan compleja, constructiva y consecuente, y también tan problemática, como la organización presencial."
Helen Hester
“¡Que florezca un centenar de sexos!”
Helen Hester
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