"Hay una isla en Al-Andalus, en el punto donde confluyen el Océano Negro y el Mar de Rûm, donde se levantó una torre de piedra negra, en la que no fue utilizado el hierro. Mide cien codos de altura o más; de base cuadrada, su parte superior es redonda y carece de puerta por ser completamente maciza. En lo alto hay una estatua que representa a un hombre, al parecer de raza negra, envuelto en una túnica de oro, que viste de una manera extraña y singular. El hombro derecho lo lleva al descubierto, tiene extendidos el brazo y la mano, y con el dedo índice señala a la parte izquierda del Magrib, en el Océano Negro, en ademán de asir unas llaves. En este océano se levantan olas tan enormes como montañas y ningún barco se aventura en sus aguas, por los peligros que ello entraña. Pero solamente Dios conoce la verdad."
Abû Hâmid al-Garnâtî
uhfat al-albâb (El regalo de los corazones)
Tomada del libro Territorios talismán de Jesús Callejo, página 254
“Las maravillas se hayan en la parte más remota del cielo y de la tierra. Nuestro Señor nos ordena que contemplemos las maravillas del mundo.”
Abû Hâmid al-Garnâtî
"Y en la confluencia de los dos mares hay una isla en la que hay una almenara de roca de pedernal en la que el hierro no puede hacer mella jamás. Tiene unas bases muy sólidas y no tiene ninguna puerta. Sobre la almenara hay una estatua en forma de ser humano, negra, envuelta en un manto que parece de oro y cuya mano derecha está extendida hacia el Mar Negro como si señalara con el dedo hacia algo. Y Dios sabe para qué se hizo esta estatua."
Abû Hâmid al-Garnâtî
Elogio de algunas maravillas del Magrib
Tomada del libro Territorios talismán de Jesús Callejo, página 254
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