"Pues en tiempo de los suevos y godos no fue destruida (se refiere a Mérida) sino saqueada por Heremigario Suevo, lo que le costó la vida por castigo del Cielo y queriendo el godo Teudorico poner las manos en la ciudad, lo aterró con prodigios la gloriosa patrona Santa Eulalia, como refiere Idacio. Fuera de esto, no padeció Mérida infortunios de ruinas por hostilidades sino por la ancianidad de las fábricas que no pueden prevalecer contra los siglos."
Enrique Fernando Flórez de Setién Huidobro y Velasco
Tomada del libro Territorios talismán de Jesús Callejo, página 299
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