"En la Inquisición, la práctica no era el ahogamiento como tal, sino la amenaza de ahogo, y simbólicamente podemos decir la amenaza de bautismo. La tortura del agua o toca implica, como el ahogamiento simulado, forzar a la víctima a tragar agua derramada en una tela embutida en la boca para dar la sensación de ahogamiento […]. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que era una terrorífica inversión del mejor espíritu de la fe y el simbolismo cristianos […]. Esto hace que nos preguntemos: ¿Es el ahogo simulado una especie de conversión forzada oculta bajo una acción policial, y por tanto más poderosa, como herramienta en manos del Estado para demonizar a su enemigo? ¿Indica esto un avance de lo demoníaco en la acción política y militar, puesto que se subvierte un rito religioso para fines inmorales? Estas preguntas se hallan tan enterradas en el discurso público que su verdadero alcance rara vez se reconoce, ni siquiera por los cristianos devotos."
William Schweik
Tomada del libro La ciencia y las prácticas espirituales de Rupert Sheldrake, página 127
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