Svetislav Basara

"Cuando llegué del oriente a la tierra de Serán, habitaba con mis hermanos, hijos y ganado; nuestra riqueza aumentó y vivíamos en paz con otras tribus.
Hasta que, en un momento dado, llegaron de no sé sabe dónde constructores y maestros albañiles; estos encendieron un gran fuego y comenzaron a cocer ladrillos de barro, y decían: «Construyamos una torre que llegue al cielo». Ella nos servirá de refugio frente a las fieras, los vientos y las inundaciones. Y sobre nosotros... por los siglos de los siglos.
Y dibujaron en la arena una figura en todo semejante a una torre. Y la torre era ancha en su base, sus escaleras la envolvían como serpientes y su cima se perdía entre las nubes. Y sobre la torre había jardines y arroyos, y otras bellezas terrenales.
Y en el séptimo año de construcción, me quedé dormido y tuve un sueño: en él, curiosamente, una rueda se apoyaba en la tierra... en aspecto y hechuras las ruedas eran como... y ambas eran idénticas y en aspecto y hechuras eran como si una estuviera detrás de la otra.
Donde fuera el espíritu, allí también iban las ruedas, y cuando el espíritu se elevaba, ellas se elevaban, pues el espíritu marchaba sobre las ruedas.
Y de repente, una luz terrible me cegó y oí una voz que me decía: «Javán, abre los ojos y mira la torre que estás construyendo». Y al abrir los ojos, vi una torre que subía hacia el cielo, y sus paredes eran transparentes y traslucían el interior profundo de la torre.
Y al pie de la torre vi a una multitud de gente arrodillada ante falsos sacerdotes, y cada cual le confesaba su sufrimiento a uno de los sacerdotes y le contaba los deseos y pensamientos de su corazón."

Svetislav Basara
La leyenda de los ciclistas







































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