Contradicción
cómo les digo a mis hijas
que la mujer
era un trofeo de guerra
que tía Rosario era un trofeo de guerra
que el secreto se lo llevó a su tumba
(en la ermita de la Inmaculada
yace su rostro ajado)
vivió toda su vida
en el fondo de la laguna de Proserpina
para no olvidarse de su rapto
su rostro adusto
su vida austera
su mirada de odio
se la llevó a la tumba
a la cripta        junto a los ancestros
tres días
cómo les digo
que tres días
la raptaron los rojos
cómo les digo que fui roja        pese a todo
Blanca Berjano
El rapto de Proserpina
¿cómo se finge estar loca?
¿es tan sencillo como gritar desde las entrañas
arañarse el pecho como las troyanas?
¿desde el vientre henchido gritar        sacar la lengua obscenamente?
¿sacudir la cabeza de cabello enmarañado
poner los ojos en blanco        pintarse con la sangre de las llagas las mejillas?
la chata merenguela
la tía Rosario
se pinta los colores
con sangre
se hizo la loca
cuando la devolvieron
estaba herida
con la mirada hueca
para que la dejaran marchar
con la mirada errante
caminó durante días
rodeada por voces masculinas
cuando la devolvieron
las mujeres se resignaron
supieron desde ese día
que Rosario seguiría encerrada en aquel zulo
hasta el día de su muerte
Blanca Berjano
Mis muertas
which way do we face to talk to the dead?
Sharon Olds
busco a mis muertas
por el lodazal de la Charca
nadie me avisó: encontraría a mi familia en una ciénaga
haciéndose añicos bruscamente
como aquel espejo estilo Luis XVI
que desencadenó nuestro reflejo
busco a mis muertas
aunque sé que sus héroes fueron los verdugos
de la plaza de españa
bañándose grotescos
en la sangre que brota de la tierra
el barro me llega hasta la garganta
es tarde para gritar
para echarse atrás
llevo en el pelo la peineta de nácar de mi abuela
rota        como un amuleto
de sanguijuelas aferradas a los tobillos
hundo los brazos en las aguas
de este pantano espeso
a tientas busco a mis muertas
Blanca Berjano
Rumores
La herida
es
un animal
vivo
en la boca
María Auxiliadora Álvarez
cuando la devolvieron
las mujeres se persignaron
puede ser que tía Rosario
estuviera irreconocible
o puede ser que en su hermetismo
lograran penetrar por un instante
en el cilicio que rodeaba su cintura
ella estaba por fin con sus hermanas
podrían curar sus heridas        aliviar su dolor
ver más allá de sus ojos
era preocupante
no había ni miedo en aquella mirada
rodeada por voces
en un zulo        permanecer
hacerse la loca
enarbolarse
como buenamente pudiera
sobrevivir
en un zulo
rodeada por voces masculinas
de lenguaje indescifrable
en un zulo
se hizo la loca        para que la dejaran marchar
Blanca Berjano
Tía Rosario
siempre nos recibe con una escopeta
el dedo en el gatillo
(no dudaría en dispararnos)
Rosario guarda en su pecho
un secreto verde de bordes espinados
como la hoja de una encina
es de plata y se arrastra
como la guardia civil
en su pecho oscuro
una luna lorquiana
atravesada por el anzuelo
se revuelve
como un gran tumor
la vergüenza la mácula
como líquenes se expanden
hasta abarcarlo todo
hasta colmar las ramas de su vientre
Blanca Berjano
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