Agneta Grimby

"El sentimiento de que el cónyuge fallecido se encontraba presente era de lo más común (delirio). También fueron muchísimos los que aseguraron haber conversado con el cónyuge, haber hablado con él o haberle oído (alucinaciones). Muy pocos fueron los que tuvieron alucinaciones táctiles. Los matrimonios duraderos, la soledad y el llanto aumentaban la incidencia. Los sujetos tenían una actitud ambivalente hacia el fenómeno, porque por un lado consideraban aquellas sensaciones como ridículas, mientras que por otro lado las consideraban encuentros reconfortantes con el ser querido perdido."

Agneta Grimby
Tomada del libro La prueba de Mado Martínez, página 211

































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