Dennis Nilsen

"Golpear a un solitario tiene sus ventajas, una autocontención necesaria para mantener el cuerpo y el alma vivos y progresando. Morir en prisión no es un problema tan grande como vivir en ella."

 

Dennis Nilsen

 

 

 

"Hace muchos años, era un niño que se ahogaba en el mar. Siempre me ahogo en el mar... en lo más profundo de los muertos. Hay una paz en el mar que se remonta a nuestros orígenes... cuando el último hombre haya respirado, el mar aún permanecerá. Estaba todo limpio y lleno. Guarda para siempre al niño suspendido en su cuerpo, con el cabello suelto y los ojos abiertos."

 

 Dennis Nilsen

 

 

 

"Solo podía identificarme con la imagen muerta de la persona a la que podía amar. La imagen de mi abuelo fallecido sería el modelo más impactante que tenía en mi mente. Parecía necesario que estuviera muerto para poder expresar los sentimientos que consideraba sagrados por mi abuelo... era un amor pseudosexual, infantil, que aún no se había desarrollado ni madurado. Verlos [a mis víctimas] me trajo una amarga dulzura y una paz y plenitud pasajeras.

 

Mis problemas empezaron ahí. Me destrozaron la personalidad para siempre. He pasado toda mi vida emocional buscando a mi abuelo, y en mis años de formación no había nadie que pudiera ocupar su lugar.
Es costumbre allá en Fraserburgh que, cuando fallece un familiar, se corren las persianas y las cortinas. Cuando murió mi abuelo, parecía que esas persianas se habían corrido sobre mi vida... Mis familiares fingían que me había ido a un "lugar mejor". "¿Por qué", pensaba, "debería irme a un lugar mejor y no llevarme con él?"

 

 Dennis Nilsen